Gin Mare, «Desconecta para conectar con la vida»
Covey y Link son contundentes: “Cuando las personas confían las unas en las otras, las diferencias son un activo; cuando no confían, las diferencias son un obstáculo”. Una afirmación verdaderamente reveladora que invita a la reflexión y a la revisión de los esquemas de trabajo y relación que existen en muchas organizaciones. Covey y Link ponen algunos ejemplos de los “impuestos” que conlleva tener relaciones de “baja confianza”: burocracia, redundancias, duplicación de funciones, rotación de personal … son consecuencia en muchos casos de que no se ha trabajado un plan de “confianza inteligente”. En definitiva, la confianza transforma la relaciones y sobre todo, transforma a un “grupo de gente en un verdadero equipo”.
Los autores defienden la idea de que la confianza es el camino para la prosperidad a todos los niveles. Tal vez el ejemplo más revelador es la relación existente la riqueza per capita de los países y la relación de confianza que se da en ese país. Claramente los países más afectados por corrupción (donde hay baja confianza) la riqueza esta mal distribuida, en tanto que en países de mayor prosperidad en los que hay una mayor renta per cápita, los niveles de confianza son altos y se constatan bajos niveles de corrupción.
En Confianza Inteligente se dan algunas pistas para diseñar una organización presidida por fuertes relaciones de confianza. Covey y Link ante todo ponen de manifiesto que debe existir una predisposición a confiar, no de manera gratuita, sino con capacidad de análisis y eso implica un trabajo previo para contemplar riesgos, credibilidad, trayectoria de los implicados… en definitiva, que Confianza Inteligente no es ni mucho menos un “brindis al sol” sino que se trata de un procedimiento de trabajo que bien desarrollado es capaz de proporcionar excelentes resultados. La “confianza ciega” entraña riesgos y no aplica en el mundo de baja confianza que nos ha tocado vivir, por tanto se hace necesario el planteamiento de ese proceso de análisis para poder implantar un sistema de confianza que garantice prosperidad, energía y alegría.
Hamel desarrolla es este libro una particular e interesante clasificación de las empresas en virtud de cómo enfrentan la innovación. Identifica hasta cinco tipos diferentes de organizaciones:
Principiantes: son compañías jóvenes impulsadas por modelos de negocio novedosos y casi extravagantes. Aquí incluye firmas como Hulu o Spotify. Son modelos de negocio desafiantes que están creciendo y aprendiendo al mismo tiempo porque están inventando el mercado.
Laureados: son las compañías que innovan cada año, Están centradas en terrenos muy acotados y con una clara orientación tecnológica, por ejemplo, LG, Samsung o Microsoft.
Artistas: Son compañías que están en el negocio de la creatividad y su «producto estrella» es la innovación. Según Hamel aquí estarían compañías como IDEO o BMW designworks o Grey.
Cyborgs: Son empresas tipo Amazon, Apple o google, en las cuales el ADN refleja innovación no solo en los productos que desarrolla sino en los modelos de gestión que les caracterizan ( experimentación, libertad para equivocarse, meritocracia….)
Innovadores Renacidos: Son los que el autor denomina como “ancianos” que han logrado descifrar el código de la innovación. Algunos ejemplos son Procter&Gamble, IBM o Ford. Son entidades que han sido capaz de reinventarse y adaptar su estructura de gestión al proceso innovador porque se estaban quedando “fuera de juego”.
Según Hamel, en la grandes compañías «lo que limita la innovación no es la falta de recursos o la ausencia de creatividad, sino la carencia de procesos pro-innovación”. Hamel da algunas claves para identificar cuando una compañía está ausente de los procesos de innovación.
En Lo que ahora importa se detallan algunas propuestas para ganar competitividad en el mundo actual de la empresa. En primer término el autor señala la importancia de inspirar “el Gran Diseño” (una apasionada defensa de ofrecer productos atractivos y sugerentes); también importa la adaptabilidad (hay que blindar las compañías para enfrentar el futuro); importa la pasión (el autor bautiza el concepto de “comunidades de pasión”, empleados apasionados por sus marcas).
En resumen, una lectura entretenida e imprescindible para conocer el verdadero impacto de la innovación en cualquier tipo de organización.
Fried y Hansson son los fundadores de 37 Signals, una compañía de desarrollo de software. Basecamp es su producto estrella, un software para control y seguimiento de proyectos (es el que utilizamos en La Escalera de Fumio). En Reinicia cuentan cosas tan interesantes como que muchos clientes les solicitan “incrementar prestaciones y funcionalidades” y ellos, muchas veces, declinan este tipo de invitaciones. Prefieren seguir siendo pequeños y flexibles, “Ser pequeño no es simplemente un peldaño transitorio. Ser pequeño puede ser en si mismo una meta excelente”. No es habitual desestimar oportunidades para el crecimiento aunque los autores de Reinicia defienden que ser pequeño tiene varias ventajas como la flexibilidad, agilidad y adaptabilidad, las grandes carencias que sueles tener cuando eres grande.
La financiación es un aspecto crítico en la empresa y los autores de Reinicia tienen su propia filosofía: “evita recurrir a la financiación externa. Intenta endeudarte lo mínimo”. Los argumentos son varios: pierdes el control, trabajas para pagar y no para mejorar la calidad del producto, pedir dinero te agota y desenfoca del objetivo. Posiblemente, los argumentos a favor también pueden ser relevantes. Lo cierto es que el transito por las páginas de Reinicia invita a la reflexión porque se desafían muchos de axiomas que hasta ahora parecían incuestionables.